contador

sábado, 10 de marzo de 2012

La chica que sólo sabía gritar.



    La chica de al lado sale cada día a la calle con un perfume de rosas.

Yo , que puedo verla desde la terraza que dá a su patio, suelo  verla discutir a los gritos con el novio.

Entonces el aire se carga de restos de combustión como cuando se quema plástico.

Ella tiene los ojos buenos bajo la cortina de rimmel, menos , cuando me descubre parado en la terraza mirándola porque si...

Y no es que me parezca bonita , ni siquiera me la imagino en una cama.

Una tarde,manejando por la avenida durante una tormenta , pude verla esperando a que pare de llover bajo el toldo de una pizzería .

Como ella también ; una vez más encontró mi mirada , me sentí en la obligación de acercarla hasta su casa.

No me habló durante el viaje, mi culpa por espiarla me hizo aceptar su actitud sin más.
Tenía el rimmel corrido por el agua y su olor a rosas ahora era pesado.


Me dió las gracias con su dignidad de monja cuando llegamos.
Yo volví a la terraza varios días después y mientras pasaba la escoba por el zócalo ,ella volvío a aparecer en su escenario compuesto de macetas un quincho y un cuartito ;  sangraba .

Mansamente se dejó caer al lado de un piletón de hormigón , estaba más linda que todas esas veces en que no me había  parecido  linda...

Llevaba un delantal de cocina ,unas ojotas blancas y el pelo recogido.
Cayó ensangrentada. Dentro de la casa se oía el televisor rugiendo a todo volúmen y los timbrazos sordos del delivery que había pedido a gritos minutos antes...

Fué su novio quién llamó a la ambulancia y fuí yo ,por última vez testigo de su incapacidad para expresarse...
de su silencio.

1 comentario:

JLO dijo...

me gusta que tus relatos no se quedan en lo romántico, mucha de las veces se van a lo trágico y a un final impredecible... bien...

salu2