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lunes, 25 de julio de 2011

Salí a quemarle las ruedas a ese trasto inútil que me llevaba siempre ,bajo las mismas condiciones: limarle la bujía contra el cemento,regarla de nafta y esperar a que haga el chispazo…

No le gustaba a mi vieja, mi novia nunca quiso subirse,decía que le daba miedo.
Con Ariel ,mi hermano habíamos pensado venderla,aunque mas no fuera ,por sacarle unos pesos .

Unos pibes que conozco del bloque 28 me dieron un dato, un tipo que cobraba un seguro en Avellaneda…,
Estaba todo bien, menos por un detalle: el tipo era cana,retirado.
No quería comerme ese garrón de vuelta, mi vieja había vendido hasta la mesa de planchar la última vez para pagarle al boga…

Me subí a la moto,después del ritual de la bujía y encaré la ruta,se venía una tormenta, mala señal,pensé…
Yo ,que nunca le tuve miedo a nadie, pude ver a alguien, una sombra ,agazapada y esperándome con una cámara, la puta madre!, como supo? Alguien me vendió?
Pensé en mi vieja, pensé en mi novia,embarazada,pensé en el flaco del bloque 28 y la re… de su madre…
Ya estaba, había perdido.

Más adelante la moto se paró, la bujía dijo basta y yo me salvé de mi estupidez gracias a eso.
Hoy cuando acompaño a Leo , mi hijo a terminar la tarea ,me acuerdo de todo eso y me río solo… Nunca vendí la moto y nunca más fuí hasta Corina…

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