No le dí importancia porque la verdad ,no la tenía.
El hijo de puta de Abel se había llevado toda su ropa ,algunos documentos y mi cabeza que ya no me pertenecía.
El relój de la cocina me parecía enorme ahora y su tic -tac me escupía el tiempo en la cara al igual que el mate y las sábanas que compartí con él.
Pero de algún modo que no sé explicar , era feliz chapoteando en el barro de mi sufrimiento .
Salía al balcón con los ojos húmedos y la cara desencajada escuchando una y otra vez la misma canción que ladraba Reed. Me ocupé de cumplir con todos los rituales de un corazón roto ,ruptura y desamor.
Rompí sus cartas, lo llamé para cortar al toque sólo para escucharlo decir "hola"
Estacioné frente a su casa ...
Todas las noches me dormía cada vez más tarde y a veces el dia me encontraba celebrando la tristeza frente al placard vacío .
Comprendiendo que estaba más viva que nunca.
una canción.
1 comentario:
y ese dia abri la heladera y cocine un pedazo de su cuerpo, todo habia pasado, todo. Y ahora experimento un nuevo comienzo, mas real y unico...
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